Con un enfoque en los patrones de matrimonio y mestizaje, esta obra examina la creación, crecimiento y cambios de los diversos grupos socio-raciales que conformaban la capital del Reino de Guatemala durante los dos primeros siglos de su historia colonial. Además de ofrecer un análisis minucioso sobre las transformaciones que dichos grupos registraron en su composición y distribución morfológica durante este período, Lutz aporta un estudio sistemático de una extensa y poco conocida región de Hispanoamérica
el Valle Central de Guatemala. A lo largo de la época colonial, Santiago de Guatemala, al igual que otros centros urbanos hispanoamericanos, vivió cambios profundos ocasionados por factores sociales y económicos más allá del control de sus habitantes. Según Lutz, el más importante de estos cambios fue el resultado de un gradual pero constante proceso de mestizaje racial y cultural. Como fruto de la importación temprana de esclavos africanos y el descenso de la población indígena de los barrios aledaños a causa de las epidemias, los grupos intermedios —los mestizos, los mulatos (de los cuales resultaron los ladinos)— comenzaron a desarrollarse y crecer de tal modo que ya para principios del siglo XVIII los mulatos libres constituían el grupo socio-racial más numeroso de la ciudad.
Uno de los hallazgos más significativos del estudio es que estos grupos mestizados se desarrollaron no sólo a causa de uniones informales, sino también a través de matrimonios entre las llamadas castas e indígenas y en el siglo XVIII, entre castas e indígenas con españoles de “calidad no conocida”. A medida que la población de castas creció, estos grupos comenzaron a desempeñar las funciones económicas tradicionalmente asignadas a los indígenas y a menudo las de los esclavos africanos.
El libro es una micro historia del proceso de mestizaje en un ambiente urbano hispano-americano colonial, a la vez que un análisis de sus variadas consecuencias socio-económicas.
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