La perspectiva del genocidio que este volumen ofrece es etnográfica: pretende ser muy descriptiva de los hechos. Pero va guiada por dos actitudes de vida. La primera, más profunda, es la de la fe. Algunos de los textos incluyen esta luz. Y la otra es la opción revolucionaria, es decir, el deseo de contribuir a ese movimiento emancipador que hacía temblar los cimientos de la sociedad, aunque no logró su cometido político, como se ha explicado en volúmenes previos. En estos textos se viven las dinámicas de la interrelación entre la ideología religiosa y la ideología política, que ya no son ni pura luz de fe, ni pura intención de liberar a los pobres.
El genocidio hoy sigue dividiendo a la sociedad. Algunos ya no quieren recordarlo ni discutir sobre él. Pero si lo hacemos a un lado y no profundizamos desapasionadamente en él, nos volverá a asustar en sueños y no curaremos la herida que llevamos dentro.
Estas primeras reflexiones del autor sobre el genocidio tienen la frescura de la cercanía temporal de los acontecimientos. La experiencia de los casos judiciales de genocidio (2013) y 2018) han ido afinando estas reflexiones, que exigen a quien las lea un esfuerzo por ponerse en la situación de principios de la década de 1980. Si no es capaz de ese esfuerzo, tal vez no comprenda el presente.
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