Libro segundo del cabildo
de la ciudad de Santiago de la provincia de Guatemala, comenzando a XXVII de mayo de MDXXX

El Libro Segundo del Cabildo contiene las actas del Ayuntamiento de Santiago de Guatemala (en Almolonga) desde el 27 de mayo de 1530 hasta el 10 de septiembre de 1541. Su última anotación corresponde a la sesión del Cabildo celebrada en la víspera del terrible aluvión que destruyó la ciudad. Apenas un día antes, la recién nombrada gobernadora doña Beatriz de la Cueva, viuda del conquistador Pedro de Alvarado, firmó el acta con su nombre, el cual decidió tachar para sustituirlo por las famosas y proféticas palabras «La Sin Ventura». El Libro Segundo registra en detalle asuntos de la administración de la ciudad y su comarca y toca temas relacionados con los vecinos españoles, los pobladores maya k’iche’s y otros grupos como los indígenas mexicanos y los africanos libres y esclavizados que trajeron los conquistadores españoles. Las sesiones, si bien cubren la época del mando de Alvarado, demuestran sus largas y frecuentes ausencias. Sus folios revelan que una de las osadías del adelantado antes de marcharse de Guatemala por última vez fue su decisión sobre el destino final de los reyes kaqchikeles presos en la cárcel de la ciudad.

La obra que aquí se presenta estuvo a cargo de un equipo internacional de académicos con décadas de experiencia en el estudio de fuentes de archivo: La transcripción completa del manuscrito original fue dividida en doce capítulos.  Se incluyen, además, un prefacio y dos capítulos introductorios que describen y contextualizan eventos claves, así como un análisis cuidadoso del paradero de los Libros de Cabildo guatemalteco desde la conquista hasta el día de hoy.  Tres índices (temático, onomástico y geográfico), un listado de cargos, una extensa bibliografía y numerosas ilustraciones que incluyen facsímiles a color del manuscrito original complementan el texto.

Ésta es la primera vez que se publica este extraordinario registro histórico, resguardado desde 1913 por la Hispanic Society of America en Nueva York, con lo cual se asegura el amplio acceso a la información anotada en sus valiosas páginas.